[Editorial] Una ley necesaria, pero ambigüa, amenaza la libertad de expresión
- Luis Guirola
- 19 ago 2022
- 3 Min. de lectura

Guatemala es un pequeño país en el centro de América, que si bien pequeño, es un país democrático y que en ocasiones suele aparecer en los titulares de medios internacionales. Que si bien pequeño, pero es observado por muchos desde el extranjero.
Es un país democrático porque tiene mecanismos para defender lo que la población desea, tiene a la voluntad general como prioridad. Pero sobre todo, es una democracia porque existe, fundamentado en la Constitución Nacional, la libertad de expresión.
Un país “democrático” no lo sería en realidad si careciera de esta libertad tan fundamental, como es el de expresarse libremente. Y aunque haya personas que quieran reprimir lo que algunos medios dicen, o lo que ciertas personas dicen, mientras exista la libertad de expresión, la democracia permanecerá.
Cabe mencionar, no obstante, que en ocasiones, tanto esta libertad como otras libertades, se ven amenazadas por nuevas formas legales que en su fondo, no son más que una forma sutil (y veces no tan sutil) de querer reprimirlas. Esas sutilezas pueden ser pequeños tecnicismos o ambigüedades en la redacción de una ley que, a la hora de su aplicación en la vida real, pueden beneficiar situaciones o circunstancias impropias o irregulares.
Tal es el caso de la Ley contra la Prevención y Protección contra la Ciberdelincuencia. Como medio, consideramos completamente necesario regular el internet, pero todo ello en aras de proteger a cada individuo de esta nación: proteger a la niñez, proteger la privacidad y la seguridad cibernética de todos. Este es el mundo actual, este el mundo en el que vivimos, y el internet forma parte de nuestras vidas.
Pero todo ello no quiere decir que deba existir un aprovechamiento de algunas personas particulares para librarse de la crítica y de la opinión pública. La democracia radica en tolerar los comentarios que las personas puedan hacer, pero con la convicción de que la participación colectiva sin represalias es la forma por excelencia de un Estado de Derecho.
Represalias no quiere decir -sin consecuencias-, hay límites para lo que se quiere decir. Pero límites también los hay para el gobierno, ya que un gobierno sin límites, con un poder ilimitado, se convierte en un gobierno totalitario. Hay extremos y hay límites para cada quien.
En cuanto a la ley aquí mencionada, es importante tenerla en cuenta, y que si bien está creada por motivos que nuestra sociedad actual exige, también es importante aclarar cada artículo, para que la libertad de expresión jamás sea restringida.
Es necesario recordarle eso a los 100 diputados que votaron a favor de esta ley, más del 50% del pleno del congreso, que sin una revisión meticulosa, aprobaron una ley con vacíos, con ambigüedades, que deja la puerta abierta a irregularidades. De hecho, todo delito que en esta nueva ley se crea, será de persecución penal: sería una pena tener que vivir con la incertidumbre de que cualquier cosa que se exprese pueda ser razón de una investigación por parte de un fiscal. ¿Hasta dónde llegará el límite de esta ley?
Pero aún hace falta bastante para que esta ley sea una realidad, existe aún la posibilidad de veto por parte del presidente, con el cual esta ley puede no surgir a la vida.
Sin embargo, un gran aspecto positivo de toda esta situación, cabe mencionar, es que por primera vez en mucho tiempo, se comenzó a debatir acerca de la libertad de expresión. Era un tema olvidado por muchos, pero que es de imprescindible importancia en la vida en sociedad.
Comments