La igualdad de oportunidades

Al hablar de igualdad de oportunidades nos referimos a ofrecer los mismos derechos, equidad salarial y de género, ofreciendo mismos beneficios a personas sin importar su género, condición, etnia, raza, etc.

Sin embargo, actualmente ninguna sociedad está libre de este proceso. Diariamente podemos observar que la discriminación en el empleo y la ocupación es un fenómeno universal y en permanente evolución.

En todo el mundo, se niega la oportunidad de empleo y formación a millones de mujeres y de hombres, reciben salarios bajos o se ven limitados a determinados puestos de trabajo simplemente por motivos de género, origen étnico, color de la piel o creencias, sin tener en cuenta sus capacidades.

En diversos países desarrollados, por ejemplo, las trabajadoras ganan entre un 20 y 25 por ciento menos que sus compañeros de sexo masculino por la ejecución del mismo trabajo, lo cual refleja un lento progreso en cuestiones de igualdad en los últimos años. En Guatemala, esta situación es evidente de una forma parecida , se basa principalmente a la población indígena, mujeres y a la población mestiza pobre.

La protección contra la discriminación es considerado un derecho humano fundamental y es importante que se realice de esta manera para que los trabajadores puedan escoger libremente su trabajo, desarrollen su potencial, se desarrollen y beneficien en base a sus méritos.

El hecho de que exista igualdad laboral, de igual forma genera beneficios económicos significativos, pues para los empleadores significa una mano de obra numerosa y de gran calidad; mientras que, para los trabajadores, es un acceso más fácil a la formación y, por lo regular, genera salarios más elevados.

Los beneficios de la globalización económica se distribuyen de manera justa en una sociedad igualitaria, lo que induce a una mayor estabilidad social y a que la población apoye ampliamente hacia un mayor desarrollo económico.